Con motivo de la conmemoración del 120 aniversario de la aparición de El Diario Montañés y del 30 de la Escuela Superior de Música Reina Sofía ha tenido lugar este martes en la Sala Argenta del Palacio de Festivales un concierto conmemorativo protagonizado precisamente por la Orquesta Freixenet de la mencionada Escuela Superior de Música, bajo la batuta del maestro colombiano Andrés Orozco-Estrada. El programa escogido para la ocasión estuvo formado íntegramente por obras del compositor alemán Richard Strauss, en particular por el poema sinfónico Don Juan, TrV 156, op. 20, el Concierto para trompa y orquesta núm. 1, TrV117 op. 11 y la suite orquestal de El caballero de la rosa, TrV 227d. Una elección tal vez sorprendente por su especificidad dado el público asistente a la convocatoria y el carácter de la misma, pero que en todo caso cumplió con la exigencia de tono festivo que requería la ocasión.
Strauss es un músico al que define la querencia en sus composiciones por una orquestación nutrida y bien surtida de colores, y de este carácter dio sobrada muestra el programa de la noche ejecutado de forma entusiasta por los jóvenes músicos de la Orquesta Freixenet. El Don Juan, inspirado y precedido por la composición del poeta austriaco Nikolaus Lenau, de carácter más filosófico que vitalista, consta de una gran apertura y un tema principal muy marcial y enérgico, con presencia protagonista de las trompas, salpicado por varios temas de amor, siendo posiblemente el más bello el encabezado por el oboe solista. La orquesta —un centenar sobrado de jóvenes músicos en un extenso despliegue instrumental— exhibió su compromiso con la composición logrando un sonido rotundo en las partes más airosas y definido en las reflexivas. Desde el podio, Andrés Orozco-Estrada se mostró apasionado y entregado al tiempo que muy analítico con la partitura; su gestualidad es tal vez excesivamente nerviosa en su afán de persuadir, arrastrar y conmover.