ÁNGEL DE LUZ Y DE ENSUEÑO

Con el título Histoires d’un ange, idéntico al del disco que publicó en el sello XXX en el año 2020, estuvo presente la violagambista alemana Johanna Rose en el centro cultural CASYC, dentro del marco del Ciclo de Música Antigua promovido por mas+ (Música Antigua de Santander) en su IX Temporada. Johanna Rose, además, se vio acompañada de Josep Maria Martí Durán a la tiorba, con lo que la noche reunió a dos excelentes músicos en el mismo programa.
Ya en su momento nos permitimos recomendar el registro de Johanna Rose por su sutileza no reñida con la contundencia. Nos encontramos ante obras muy conocidas para el público devoto de este periodo y de este instrumento, muy bien grabadas además por grandes nombres de la viola da gamba, y en cierto modo es una osadía aproximarse a él sin tener algo nuevo que aportar. Rose, estilizada y delicada en su apariencia, desprende sin embargo la fogosidad necesaria en los momentos necesarios y derrama dulzura ensoñada en los pasajes más delicados. La interpretación bravísima de Le Tourbillon frente a la ensimismada de La Rêveuse podrían ser los dos ejemplos perfectos de esta percepción que acabamos que apuntar.El programa del CASYC, como el del propio disco, desgrana esencialmente las diferentes facetas de ese músico mítico que fue Marin Marais, apodado precisamente como “el ángel” frente a su colega Forqueray, tan enérgico como exquisito, y siempre virtuoso. 
Rose no defrauda en la transmisión de esas diferentes facetas del instrumentista y nos obsequia con articulaciones ágiles y limpias, con ricos contrastes, con colores variados. El acompañamiento de Josep Maria Martí fue delicado, pues él lo es, pero en ocasiones pareció que emborronaba la transparencia de algunas de las piezas, superponiéndose de forma innecesaria (Le Tourbillon, precisamente, fue acaso uno de los pasajes más notorios); en cambio, resultó brillante en la Passacaille de Robert de Visée y en otras páginas, como la preciosa y concertadísima ejecución de Cloches ou Carillon.
El concierto se terminó con las siempre esperadas variaciones sobre Les Folies d’Espagne, elegantes y atinadas, que enardecieron los aplausos de un público muy satisfecho con la improvisada noche versallesca.

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