El sentido de un final. Ritesh Batra (2017). Adaptación
amable e introspectiva de la novela del mismo título de Julian Barnes, deviene
una gran tragedia de ribetes sórdidos en la que las responsabilidades se
endulzan y la seriedad del asunto queda desdibujada. Con un ritmo moroso y con
elipsis frecuentes, Batra obliga al espectador a deducir continuamente lo que
acontece en la pantalla, en un difícil equilibrio que nos hace dudar si nos
encontramos ante una extraordinaria sutileza en el relato o bien ante una
evidente incapacidad de comunicación. El odio transformado en rencor
inextinguible, la presencia enfermiza de un primer amor que envenena cualquier
relación posterior y castra todo afecto paternofilial, los turbios ecos del
incesto, la homosexualidad disfrazada y reprimida, el sexo como insoslayable
tabú que conduce a la desgracia, el castigo divino de la desviación moral, el
peso insoportable de la culpa y la devastación sentimental que de todo ello se
deriva… son los temas vagamente presentes en El sentido de un final, filme
que merodea alrededor del contenedor de la podredumbre sin atreverse a levantar
la tapa. En última instancia, todo queda en un ejercicio intimista que pide a
gritos una catarsis que no llega y que nos flagela con un edulcorado final. Una
película que sin la siempre magnética Charlotte Rampling y, sobre todo, sin Jim
Broadbent, que hace un magnífico papel, no hubiera merecido mayor atención. A
pesar de lo dicho, se deja ver no sin agrado, y a ello contribuye la excelente
y nostálgica banda sonora.
http://www.imdb.com/title/tt4827986/?ref_=nv_sr_1
Tráiler: