Con la muerte y el absurdo como hilos conductores de la vida nos sumerge Roy Andersson desde Suecia en una película que cierra un ciclo «de existencialismo que es un humanismo». Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia recuerda a los desvalidos y extravagantes personajes de Kaurismaki, pero también los hilarantes diálogos y situaciones de un Gerhardie, un Beckett o un Gombrowicz, si se me permite saltar a la literatura, con caracteres de épocas dispares que conviven amablemente y situaciones cuya repetición hilvana el sinsentido cruel que es por fuerza el 'homo sapiens' (en este sentido, las escenas finales del filme agrupadas bajo tal epígrafe son impagables). Una película difícil, con una luz peculiarísima, como de fluorescente cenicento, con personajes de rostros y almas empolvados, rodada en su mayor parte en interiores, al modo de cuadros tan teatrales como pictóricos, cuidados al máximo detalle. Actores impecables y dirección maestra. Dolorosa, melancólica, sardónica, inteligente. Imprescindible.
Ficha:
http://www.imdb.com/title/tt1883180/
Tráiler: