Anna-Maria Panzarella, Céline Ricci, Marina Comparato, Sunhae Im, Agustín Prunell-Friend, Mariví Blasco
Real Compañía de Opera de Cámara
Juan Bautista Otero, dirección
RCOC, 2008. 2h 53’ (3 cd)
Distribuye: Harmonia Mundi
Sobre Terradellas son muchas y variopintas las leyendas que han circulado, y también las opiniones. De este compositor catalán que encontró el éxito en Nápoles –de ahí la italianización de su nombre: Terradeglias– se sabe que murió muy joven, con 38 años, pero se desconocen sin embargo las circunstancias de su fallecimiento: para algunos, murió tranquilamente en su casa recibiendo la extremaunción, mientras que para otros, de regreso a Italia de una exitosa gira por Londres y París, fue acuchillado y arrojado al Tíber a instancias de Nicolò Jomelli, que no soportaba su éxito –la sombra de Salieri es alargada–. El caso es que Terradellas era un músico apreciado en su momento. Burney, en su celebérrima Historia General de la Música, habla de él con afecto, sugiriendo lo hermoso y elaborado de sus arias, a pesar de tener que escribir “buena música para malos cantantes”. Por su lado, Rousseau lo tenía también en buena estima, situándolo al lado del mentado Jomelli e incluso de los mismísimos Porpora o Galuppi.
La Real Compañía de Ópera de Cámara, con Juan Bautista Otero al frente, ha decidido crear su propio sello y editar en él la que acaso sea la ópera mayor de Terradellas, su Artaserse, obra de madurez alumbrada para ser representada en el San Giovanni Grisostomo de Venecia en 1744, en un momento delicado de la política exterior veneciana, como muy bien explica el completísimo libreto (por cierto, en catalán, castellano, inglés y francés) que acompaña a esta edición de auténtico lujo, con absoluto cuidado de detalles.
Hay que decir que la espléndida presentación (qué bello el Canaletto de portada o los bodegones interiores alusivos a la vanitas) no acompaña a un contenido baladí. Terradellas no es el más preclaro de los compositores europeos del momento, claro está, pero su obra demuestra dedicación y afecto, e interés por definir psicológicamente a sus personajes, aun dentro de una trama endiabladamente enredada. En lo musical resulta un compositor refinado, pródigo en exquisitas coloraciones, atento a los contrastes, emocionante y bravo, delicado y tierno, con logros melódicos en ocasiones sorprendentes. De todos estos caracteres se hace eco este registro de la RCOC, grabado en directo en el Palau de Barcelona en 2008, con una dirección impecable y un elenco de primerísimo orden: nuestra espléndida Mariví Blasco, Sunhae Im, Anna Maria Panzarella, Marina Comparato… todas ellas hacen gala de un potente sentido dramático y de unas voces deliciosas. Como lunar debemos señalar al tenor Agustín Prunell-Friend, con escasa garra y marcado amaneramiento, y tal vez la excesiva sensación de homogeneidad que produce que la casi totalidad de las voces sean soprano. En cualquier caso, todos se muestran al servicio de una obra más que digna y de un compositor por el que ya se están interesando enormes músicos como Alfredo Bernardini con su Ensemble Zefiro o Diego Fasolis. Por algo será.
Real Compañía de Opera de Cámara
Juan Bautista Otero, dirección
RCOC, 2008. 2h 53’ (3 cd)
Distribuye: Harmonia Mundi
Sobre Terradellas son muchas y variopintas las leyendas que han circulado, y también las opiniones. De este compositor catalán que encontró el éxito en Nápoles –de ahí la italianización de su nombre: Terradeglias– se sabe que murió muy joven, con 38 años, pero se desconocen sin embargo las circunstancias de su fallecimiento: para algunos, murió tranquilamente en su casa recibiendo la extremaunción, mientras que para otros, de regreso a Italia de una exitosa gira por Londres y París, fue acuchillado y arrojado al Tíber a instancias de Nicolò Jomelli, que no soportaba su éxito –la sombra de Salieri es alargada–. El caso es que Terradellas era un músico apreciado en su momento. Burney, en su celebérrima Historia General de la Música, habla de él con afecto, sugiriendo lo hermoso y elaborado de sus arias, a pesar de tener que escribir “buena música para malos cantantes”. Por su lado, Rousseau lo tenía también en buena estima, situándolo al lado del mentado Jomelli e incluso de los mismísimos Porpora o Galuppi.
La Real Compañía de Ópera de Cámara, con Juan Bautista Otero al frente, ha decidido crear su propio sello y editar en él la que acaso sea la ópera mayor de Terradellas, su Artaserse, obra de madurez alumbrada para ser representada en el San Giovanni Grisostomo de Venecia en 1744, en un momento delicado de la política exterior veneciana, como muy bien explica el completísimo libreto (por cierto, en catalán, castellano, inglés y francés) que acompaña a esta edición de auténtico lujo, con absoluto cuidado de detalles.
Hay que decir que la espléndida presentación (qué bello el Canaletto de portada o los bodegones interiores alusivos a la vanitas) no acompaña a un contenido baladí. Terradellas no es el más preclaro de los compositores europeos del momento, claro está, pero su obra demuestra dedicación y afecto, e interés por definir psicológicamente a sus personajes, aun dentro de una trama endiabladamente enredada. En lo musical resulta un compositor refinado, pródigo en exquisitas coloraciones, atento a los contrastes, emocionante y bravo, delicado y tierno, con logros melódicos en ocasiones sorprendentes. De todos estos caracteres se hace eco este registro de la RCOC, grabado en directo en el Palau de Barcelona en 2008, con una dirección impecable y un elenco de primerísimo orden: nuestra espléndida Mariví Blasco, Sunhae Im, Anna Maria Panzarella, Marina Comparato… todas ellas hacen gala de un potente sentido dramático y de unas voces deliciosas. Como lunar debemos señalar al tenor Agustín Prunell-Friend, con escasa garra y marcado amaneramiento, y tal vez la excesiva sensación de homogeneidad que produce que la casi totalidad de las voces sean soprano. En cualquier caso, todos se muestran al servicio de una obra más que digna y de un compositor por el que ya se están interesando enormes músicos como Alfredo Bernardini con su Ensemble Zefiro o Diego Fasolis. Por algo será.
Comentarios
Saludos,
;)
Besos.
Besudos
(o Salusos, como guste)
Un saludo.