JOHANNES BRAHMS: Danzas húngaras. Piezas para piano op. 76. Valses op. 39.

Cédric Tiberghien, piano

Harmonia Mundi, 2008. 71’14
Distribuye: Harmonia Mundi


Parece evidente que una nueva generación de intérpretes ha venido a refrescar algunas de las páginas más trilladas o conocidas del repertorio pianístico, aportando lecturas enriquecedoras. En el caso francés, son de destacar especialmente dos pianistas jóvenes: Alexandre Tharaud (recién entrado en la cuarentena) y el más joven aún Cédric Tiberghien (a las puertas de los treinta).
No deja de sorprender que el título principal del disco de HM sea “Hungarian Dances” (apelando a la gran popularidad de esta obra) cuando en realidad el registro no comprende su totalidad, sino tan sólo diez de las veintiuna que conforman el conjunto de estas piezas para piano a cuatro manos (aunque luego Brahms hiciera arreglos en diez de ellas para piano a dos manos y en otras tres para orquesta). Tiberghien se inclina por la interpretación de estas diez danzas adaptadas para piano solo, menos habitual en la discografía… y poco apreciada por el mismo Brahms, a juzgar por sus explícitos comentarios al respecto. Por lo demás, la grabación incluye las bellas Ocho Piezas para Piano op. 76, que sobresalen por su específica delicadeza (el Capricho I fue un regalo de aniversario para Clara Schumann, calificado por ésta de “horriblemente difícil”), y que sin duda acaparan la interpretación más exquisita por parte de Tiberghien dentro del disco. Por último, también se incluyen en el programa los Valses op. 39, piezas sorprendentes en el “alemán del norte” que era Brahms, y que también sufren migración desde las cuatro manos al piano solo.
Tiberghien es un pianista dotado, emotivo y racional al tiempo, con un claro sentido de la estructura de las obras. No resulta frío pero tampoco blando, es cerebral sin desdeñar un punto de dulzura. Las Klavierstücke op. 76 resultan inteligentes y sensibles, y los Valses manan sin tacha, graciosos y llenos de color. Las Danzas Húngaras, a pesar de lo dicho, adquieren una relativa gravedad que las dota de un interés insospechado.

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