Chiara Banchini, violín
Patrizia Bovi, soprano
Zig-Zag Territoires, 2008. 1h 5’
Distribuye: Harmonia Mundi
A Tartini le acompañó toda su vida un aura novelesca y de misterio que por fuerza había de reflejarse en su obra musical. Desde su peripecia con la innoble dama con la que contrajo matrimonio, que le acarreó el odio numantino del poderoso Cardenal Cornaro, también encaprichado con la fémina, y el exilio; pasando por su adiestramiento solitario y enclaustrado en el arte del violín, que llegó a dominar como nadie; hasta sus ensoñaciones con demonios violinistas; todo ello contribuyó a levantar una leyenda en torno al que devino célebre autor de El Trino del Diablo.
Lo cierto es que Tartini, al margen de estas aventuras, fue el descubridor del llamado tercer sonido” o “sonido de Tartini”, el autor de un complejo Tratado de Música influido por las matemáticas, el compositor de bellas e inolvidables sonatas para violín solo… y un enamorado de la poesía. Tartini tenía la costumbre de anotar versos en los márgenes de las partituras. Pero no de cualquier modo: la escritura de Tartini es otro más de sus misterios, por sus rasgos casi indescifrables.
En el presente disco se recuperan algunas de las sonatas para violín solo del músico de Pirano, lo que sumado a la inclusión de diversas canciones a partir de los poemas del Tasso, de Pietro Metastasio y de Paolo Rolli (favoritos de los gondoleros venecianos), convierten este nuevo registro de Zig-Zag en una auténtica delicia. La interpretación al violín barroco de Chiara Banchini se inscribe en su delicadeza y elegancia habituales, y la voz de Patrizia Bovi es pura pero, sobre todo, plena de una mágica capacidad de transportarnos a un tiempo pasado y enigmático. Si a ello añadimos un libreto maravillosamente ilustrado, resulta difícil no hacerse con este disco colmado de belleza y buen gusto. Uno de los tesoros del año.
Patrizia Bovi, soprano
Zig-Zag Territoires, 2008. 1h 5’
Distribuye: Harmonia Mundi
A Tartini le acompañó toda su vida un aura novelesca y de misterio que por fuerza había de reflejarse en su obra musical. Desde su peripecia con la innoble dama con la que contrajo matrimonio, que le acarreó el odio numantino del poderoso Cardenal Cornaro, también encaprichado con la fémina, y el exilio; pasando por su adiestramiento solitario y enclaustrado en el arte del violín, que llegó a dominar como nadie; hasta sus ensoñaciones con demonios violinistas; todo ello contribuyó a levantar una leyenda en torno al que devino célebre autor de El Trino del Diablo.
Lo cierto es que Tartini, al margen de estas aventuras, fue el descubridor del llamado tercer sonido” o “sonido de Tartini”, el autor de un complejo Tratado de Música influido por las matemáticas, el compositor de bellas e inolvidables sonatas para violín solo… y un enamorado de la poesía. Tartini tenía la costumbre de anotar versos en los márgenes de las partituras. Pero no de cualquier modo: la escritura de Tartini es otro más de sus misterios, por sus rasgos casi indescifrables.
En el presente disco se recuperan algunas de las sonatas para violín solo del músico de Pirano, lo que sumado a la inclusión de diversas canciones a partir de los poemas del Tasso, de Pietro Metastasio y de Paolo Rolli (favoritos de los gondoleros venecianos), convierten este nuevo registro de Zig-Zag en una auténtica delicia. La interpretación al violín barroco de Chiara Banchini se inscribe en su delicadeza y elegancia habituales, y la voz de Patrizia Bovi es pura pero, sobre todo, plena de una mágica capacidad de transportarnos a un tiempo pasado y enigmático. Si a ello añadimos un libreto maravillosamente ilustrado, resulta difícil no hacerse con este disco colmado de belleza y buen gusto. Uno de los tesoros del año.
Comentarios
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Un saludo.
Merci !