Tatiana Melentieva, soprano
Piotr Migunov, bajo
Ivan Monighetti, violonchelo, piano, director
State Hermitage Orchestra
Lege Artis Choir
ECM, 2008. 55’
Distribuye: Harmonia Mundi
A pocos días de su 65 cumpleaños parece oportuno traer aquí el último disco de Alexander Knaifel, editado en ECM (New Series), y que supone ya el tercero en el catálogo de este exquisito sello. En realidad, las dos obras registradas no son propiamente recientes: la primera de ellas, Lamento, fue compuesta en 1967 y revisada veinte años más tarde, mientras que la segunda –que da título al disco– data de 1996. Ambas cuentan con un nexo común: Mstislav Rostropovich, maestro de Knaifel en los 60, a quien con este disco el de Tashkent rinde evidente homenaje. Cabe recordar que Rostropovich fue, además, el intérprete solista del Psalm 51 de Knaifel (disco registrado por ECM en 2005).
Como seña identitaria habitual, Knaifel vuelve a integrar el silencio como parte articulatoria de la composición, específicamente en Lamento; un silencio que contrasta con abruptas frases atonales por parte del chelo, en un peculiar diálogo en el que la composición va adquiriendo cuerpo y solidez progresivamente. Monighetti, último de los alumnos de Rostropovich en el Conservatorio de Moscú, interpreta con acierto y firmeza su parte dialógica en esta magnética pieza de 18 minutos. Por lo que respecta a Blazhenstva, de 36 minutos, dedicada a Rostropovich en su 70 cumpleaños, Knaifel recurre nuevamente a la iconología ortodoxa y a la atmósfera celestial propias de sus últimas composiciones (algo que le vincula con Pärt o Gubaidulina), en una obra que evoca el Sermón de la Montaña y en la que cuenta con la voz de su esposa como soprano. Estamos ante una pieza muy hermosa que, no obstante, quizá no aporte demasiado con respecto a la anterior Svete Tikhiy, también con un peso importante de la masa coral (imponente siempre el Lege Artis).
Piotr Migunov, bajo
Ivan Monighetti, violonchelo, piano, director
State Hermitage Orchestra
Lege Artis Choir
ECM, 2008. 55’
Distribuye: Harmonia Mundi
A pocos días de su 65 cumpleaños parece oportuno traer aquí el último disco de Alexander Knaifel, editado en ECM (New Series), y que supone ya el tercero en el catálogo de este exquisito sello. En realidad, las dos obras registradas no son propiamente recientes: la primera de ellas, Lamento, fue compuesta en 1967 y revisada veinte años más tarde, mientras que la segunda –que da título al disco– data de 1996. Ambas cuentan con un nexo común: Mstislav Rostropovich, maestro de Knaifel en los 60, a quien con este disco el de Tashkent rinde evidente homenaje. Cabe recordar que Rostropovich fue, además, el intérprete solista del Psalm 51 de Knaifel (disco registrado por ECM en 2005).
Como seña identitaria habitual, Knaifel vuelve a integrar el silencio como parte articulatoria de la composición, específicamente en Lamento; un silencio que contrasta con abruptas frases atonales por parte del chelo, en un peculiar diálogo en el que la composición va adquiriendo cuerpo y solidez progresivamente. Monighetti, último de los alumnos de Rostropovich en el Conservatorio de Moscú, interpreta con acierto y firmeza su parte dialógica en esta magnética pieza de 18 minutos. Por lo que respecta a Blazhenstva, de 36 minutos, dedicada a Rostropovich en su 70 cumpleaños, Knaifel recurre nuevamente a la iconología ortodoxa y a la atmósfera celestial propias de sus últimas composiciones (algo que le vincula con Pärt o Gubaidulina), en una obra que evoca el Sermón de la Montaña y en la que cuenta con la voz de su esposa como soprano. Estamos ante una pieza muy hermosa que, no obstante, quizá no aporte demasiado con respecto a la anterior Svete Tikhiy, también con un peso importante de la masa coral (imponente siempre el Lege Artis).
Recomendable para quienes no conozcan a Alexander Knaifel y quieran escucharle en dos facetas y etapas diferentes.
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