EL GOZO DEL ÉXTASIS


Dentro del programa de actos del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa, y en el marco del Ciclo de Música Antigua de la UIMP, se ha propuesto, por parte de La Grande Chapelle, ensemble instrumental y vocal al que conocemos sobradamente por su amplia discografía, dedicada a la recuperación y esmaltado de algunas de nuestras joyas musicológicas menos frecuentadas, aun con una señalada vocación europea (pues no otra puede albergar en este tiempo un ensemble de tales características), un programa que ofrece un atinado panorama de la vida e hitos místicos de la santa abulense, mediante músicas de los siglos XVI a XVII en alternancia con breves textos recitados, extraídos de la propia bibliografía de Teresa o de algunos de sus biógrafos o relatores más recurrentes (Diego de Yepes, Francisco de Ribera).
El programa se articuló en tres partes, correspondientes respectivamente a la biografía, experiencia mística y muerte de la santa de Ávila, mediante piezas bien conocidas en nuestro repertorio hispánico literario y/o musical (Guárdame las vacas, Decidle al caballero, Si la noche haze escura), más próximas a lo popular, adensándose progresivamente hasta llegar a obras de Guerrero, Lobo, Cardoso y, sobre todo, el enorme Tomás Luis de Victoria, compositor bien conocido y trabajado con esmero por la agrupación.
Albert Recasens dirige La Grande Chapelle con tanta emoción como rigor, y ello se apreció en la Iglesia de Santa Lucía, abarrotada y en total silencio ante la espectacular belleza espiritual de un repertorio no fácil pero sí seductor y promotor de un éxtasis bastante similar al que Santa Teresa describía en sus inolvidables escritos. Excepcionales sin duda, por destacar algún pasaje concreto del programa, fueron las secciones del Cantar de los Cantares, que el también abulense Victoria empleó con tan delicado resultado en su Responsorio para la fiesta de la Asunción de la Virgen María. Particularmente bellas resultaron en su interpretación las voces de las sopranos Amy Haworth y Lucía Martín Cartón y el bajo Jesús García Aréjula, así como las partes instrumentales de Jesús Manuel Sánchez, aunque la totalidad del grupo se distinguió por la pureza de líneas, la expresividad y su óptimo empaste.
En suma, asistimos a un soberbio concierto que además se prolongó con generosidad en la interpretación final como propina del Nigra sum sed formosa.