INSPIRACIÓN CONTEMPORÁNEA

En una jornada dedicada a la música contemporánea, se escucharon el pasado lunes en el FIS composiciones de Antonio Noguera y Andrea Portera, y asimismo el Pierrot Lunaire de Arnold Schoenberg, todo a cargo del Ensemble Laboratorium bajo la batuta de Ludwig Esteban Carrasco. 
La primera parte se ocupó de dos estrenos: Homenaje a Olivier Messiaen y Rituals... at the threshold of the collective unconsciousness. En el primer caso, no estábamos puramente ante una «novedad», sino ante la revisión de una composición que Noguera alumbró hace más de veinte años. Se trata de una obra breve pero intensa, delicada y reflexiva, en la línea intelectualmente serena de su autor, en quien confluyen con naturalidad, sin artificios ni costuras apreciables, la rigurosa investigación musical y un refinado aliento poético. El fascinante universo de Messiaen es abordado por Noguera como búsqueda y afirmación, como emoción y discurso, en una partitura de selecta riqueza tímbrica. En cuanto a la obra del italiano Portera, de título seguramente excesivo, resulta inquieta, trufada de referencias (multi)culturales, que le dan una apariencia boscosa en su compleja interrelación de texturas. Atrevida en concepto e instrumentación, y con un embriagador perfume étnico, resalta la poderosa presencia de la percusión en diálogo con una flauta sugerente; diálogo al que se van sumando voces en un discurso políglota y magnético. 
Grata resultó también la segunda parte de la noche, con un Pierrot Lunaire denso y oscuro, desasosegante, recreado con fortuna y compacto dramatismo por la mezzo Marina Rodríguez Cusí. Debe aplaudirse la idea de proyectar en escena los textos poéticos, en alemán y español. 
Bien surtida de expresividad y contrastes estuvo la interpretación del internacional Ensemble Laboratorium, dirigido con entrega y solvencia por Carrasco.