Miklós Perényi, violonchelo
ECM, 2012. 58'04''
Disponible en www.diverdi.com
En este cedé se recoge el primer registro como solista para ECM de Miklós Perényi, chelista húngaro que lleva camino de convertirse en uno de los «buques insignia», junto a András Schiff —juntos grabaron Beethoven en 2004—, del prestigioso sello alemán. El repertorio incide en algunos de los compositores en los que Perényi ha venido profundizando durante varios años, de manera que no nos hallamos ante un experimento o aproximación, sino ante una consciente certeza. Sin ir más lejos, su disco previo, un buen directo tomado en el Wigmore Hall de Londres en 2011, acometía también obras de Britten y Bach (además de Brahms y Chopin).
Perényi exhibe en todo momento la que podríamos decir que es su «marca de la casa»: la fluidez, la naturalidad, la ligereza. El húngaro toca como quien se ducha o se hace un café: con esa rara y precisa espontaneidad, perfectamente medida, de los actos cotidianos. Algo que sienta muy bien a la aérea Sonata en dos movimientos de György Ligeti y bastante bien a la Suite número 3, op. 87, de Benjamin Britten. Quizá no quepa decir lo mismo de la Suite número 6, BWV 1012, de Johann Sebastian Bach, en la que, dejando a un lado la idoneidad del instrumento —detalle en el que repararán quienes prefieran una versión historicista—, la claridad es paradójicamente un lastre, echándose en falta mayor introspección y detectándose una cierta evitación del espíritu original de la obra. Por lo demás, como se ve, estamos ante un curioso «bocadillo cronológico» que busca subrayar el parentesco formal o de intereses entre Bach y sus dos inusitados guardaespaldas (la práctica del contrapunto en Britten, por ejemplo, o el afán pedagógico en Ligeti, por no mencionar que Britten dedicó sus suites a Rostropovich tras oírle interpretar a Bach) y que en todo caso resulta una grata propuesta.