DESPEINADAS, FRESCAS Y LUMINOSAS

Danzas barrocasDomenico Scarlatti, Ludovico Roncalli, Girolamo Kapsperger, Santiago de Murcia, Julepe Ximénez, Bernardo Pasquini, José de Nebra, Diego Ortiz
Forma Antiqva:
Aarón Zapico, clave y órgano
Daniel Zapico, tiorba
Pablo Zapico, guitarra barroca

Winter&Winter, 2010. 54’ 40’’
Se encuentra en: www.diverdi.com
En los Zapico ya nada debería sorprendernos. Y sin embargo, lo siguen logrando cada vez, en cada entrega. La segunda incursión de los hermanos asturianos en el lujoso sello Winter&Winter es tan deliciosa como la primera aunque, si se quiere, con un punto más de libertad que en ésta. Y es que, cuando aún no nos hemos desprendido del magnífico sabor que entre los labios nos dejó su previo Handel de AmorexAmore, delicado e innovador al tiempo, ahora son las danzas barrocas las que nos seducen con su poesía, creatividad y espontaneidad.
El repertorio, a base de piezas españolas e italianas de los siglos XVII y XVIII en sus más diversas formas (folías, chaconas, recercadas…), y que en principio fueron concebidas para instrumento solista (clave, guitarra o tiorba), se despereza casi con voluptuosidad, en unas lecturas inesperadas en dúos y tríos que parecen recién salidas de la cama, por lo despeinadas y frescas y luminosas, sin desechar cierta elegancia (la justa, para no estropear el guiso). Unas lecturas, además, que son únicas porque no se atienen a un corsé más o menos previsible, sino que son producto de la complicidad, de ese “sabio improvisar” de los Zapico que surge del conocimiento hondo de lo que se traen entre manos, y que las convierten en obras de arte tan vivas como irrepetibles, sorprendidas en un momento concreto que nunca volverá a producirse.
Es obvio que el entendimiento musical entre los tres hermanos es absoluto y así le luce el pelo de bien a este magnífico y gozoso trabajo, que se beneficia del concepto “familiar” que lo ha propiciado (los propios Zapico de algún modo bajo el estímulo ejemplar de los Caccini). En definitiva, un disco para disfrutar del mismo modo en que ha sido concebido: entre cómplices o amigos, en una velada en que se sabe cómo empieza todo pero no cómo termina.