Yeree Suh, sopranoElbipolis Barockorchester Hamburg
Raumklang, 2008. 61’04
Distribuye: Diverdi
Con un planteamiento absolutamente lúdico y encantador, a partir de la transcripción de una epístola remitida a su amigo por un viajero que llega al Hamburgo de comienzos del XVIII –y que se queda maravillado por el cultivado ambiente musical de la próspera ciudad comercial–, se nos presenta este disco del sello Raumklang que constituye una novedad y una maravilla por los cuatro costados.
Hamburgo, por aquellos años “puerta del mundo” –das Tor zur Welt–, invertía las riquezas obtenidas de las transacciones mercantiles en la protección y promoción de la actividad cultural, y más en particular de la musical. El caballero que se cartea con su amigo con fecha 21 de Junio de 1708 describe con entusiasmo que las nueve damas del Helicón (esto es, las musas) encuentran fácil acomodo en esta ciudad donde resulta difícil elegir entre las habilidades musicales de Telemann, Keiser y “un tal Händel”. Precisamente estos tres compositores son los integrantes del magnífico programa que tienen a bien ofrecernos los jóvenes músicos de la Elbipolis Barockorchester Hamburg, que con semejante nombre rinden obvio homenaje a su ciudad y a su refinado espíritu afecto a las artes. Y no contentos con la espléndida elección, se decantan por un repertorio que puede decirse que es casi inencontrable en grabación alguna, de donde este disco puede calificarse en verdad como un acontecimiento. La afrancesada suite de L’Omphale de Telemann (y esa impresionante “Les Magiciens”) y el Hercules und Hebe de Keiser se alternan con una sinfonía y un concierto de Händel, italianísimos, frescos y vitales como una mañana soleada.
Si la interpretación de la Elbipolis Barockorchester Hamburg es espléndida en dinamismo y elegancia (hay que seguir a esta agrupación muy de cerca en registros futuros), no debemos olvidarnos de la soprano Yeree Suh, que se levanta dos pedazo de arias de L’Omphale con exquisitez de quitarse el sombrero… y lo mismo hace con la chacona en rondó de Keiser, cuya lectura transparente, lírica y delicada por parte de la coreana convierte este corte en uno de los más hermosos del programa.
En suma, estamos ante un disco entusiasta, optimista y selecto, que para colmo llega a nuestras manos con una impecable presentación. Si se lo pierden se arrepentirán.
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