FRANZ JOSEPH HAYDN: Cantatas para los Esterházy.

Sunhae Im y Johana Stojkovic, sopranos
Max Ciolek, tenor
Vokal Ensemble Köln
Capella Coloniensis der WDR
Andreas Spering, dirección
Nicholas Kraemer, dirección (Sinfonía 12)

Harmonia Mundi, 2008. 57’35
Distribuye: Harmonia Mundi

La apasionante historia de un rescate es la que de algún modo alienta en este disco, nueva entrega de la edición conmemorativa del “Año Haydn” suntuosamente celebrado por el sello Harmonia Mundi. En este caso se trata de una grabación aparecida ya en el año 2002, que es la que ahora se reedita en formato de auténtico lujo, con la identidad característica de toda la colección.
Lo que aquí se recoge, decía, son tres cantatas entregadas a festejar y homenajear al poderoso príncipe Nikolaus Esterházy. Poco podía sospechar Haydn que, unos cuantos años más tarde, sería precisamente el secretario de su mecenas Esterházy, llevado por sus creencias frenológicas, el encargado de cercenarle la cabeza una vez muerto, en la búsqueda de una prueba material de su musical genio creador… El caso es que las partituras de estas tres cantatas, obra del por entonces joven Haydn (cabe situarlas en torno a 1764, cuando el compositor contaba 32 años), estuvieron extraviadas hasta su reciente hallazgo, hace apenas unos años. Se sabe que otras dos cantatas aún permanecen desaparecidas.
En este disco se ofrece el primer registro mundial de dos de estas cantatas rescatadas ("Destatevi, o miei fidi" y "Al tuo arrivo felice"), mientras que de la tercera de ellas ("Qual dubbio ormai") sólo existe una grabación previa. Se trata de tres piezas vitales, vigorosas, como corresponde a su carácter festivo. Impresionantes a nivel vocal –en particular la soprano coreana Sunhae Im hace alarde de un instrumento deslumbrante, aunque quizá está un poco forzada en "Qual dubbio ormai"–, lo instrumental no queda atrás, con una Capella Coloniensis transparente y entusiasta bajo la batuta de Spering, sin renegar de los toques de elegancia necesarios.
Parece pertinente apuntar que sobra la adición –probablemente por cuestión de minutaje– de la Sinfonía nº 12 del compositor austriaco, con distinta dirección –Nicholas Kraemer– y con una Coloniensis bastante más apagada, en un registro recuperado de una grabación anterior en diez años a este disco. Improcedente y extemporánea inclusión que no obstante no logra empañar la belleza de las cantatas dedicadas al esplendor de la familia húngara por excelencia.