DISCOS QUE NOS DIERON QUÉ PENSAR EN 2020 Y NOS HARÁN FELICES AÚN EN 2021

Sin querer caer en el catastrofismo que ha venido dominando los meses precedentes, resulta evidente que en este año que acabamos de dejar atrás la lectura y la escucha de música han sido las actividades más esenciales con que poder hacer frente a los periodos de flaqueza, también uno de los remansos más satisfactorios de este locus agrestis’que nos ha tocado habitar involuntariamente; este anti-Edén en el que la iconografía sórdida de la «muerte de la razón» ha acechado con demasiada frecuencia a través de los cristales de nuestro destierro, físico o mental.
Los discos que aquí se presentan son nueve, y bien podrían ser muchos más: como mínimo, otros diez o doce. Pero son algunos de los que más consuelo me proporcionaron en los días y las noches en que parecía que solamente invocar a la Belleza podría salvarnos del Caos. En su mayoría, como era previsible, son discos que han aparecido en 2020; solamente un par de ellos se editaron a finales de 2019, pero llegaron a mis manos y oídos ya en la primavera del 20, y siendo innegable su valor sentimental —al menos para mí— no he podido resistirme a incluirlos, por querer expresamente que su poder sanador se extienda y no quede extraviado entre los reflejos ambiguos de la mirada retrospectiva y prospectiva de Jano.

Aparte de todo esto, he querido recoger con justicia el quehacer de mujeres que han transformado y están transformando el mundo desde la palabra y el sonido; he procurado asimismo evitar títulos que ya han aparecido en otros listados precedentes publicados en revistas especializadas; y he intentado alejarme de la exclusividad de los «consagrados» (aunque es inevitable contar con algunos de ellos) para acercarme a los jóvenes, a los investigadores, a los inquietos. En su poco hollada senda se encuentra el atisbo de la luz, de algo semejante a la felicidad.


ESENCIA DE MUJER

16+. Female poetry through the agesAnton Batagov (piano y percusión) y Nadine Koutcher (soprano y percusión). Melodiya, 2019. 2 CD. 2h 3’.

Impresionante trabajo el que realizan el gran pianista y compositor postminimalista ruso Anton Batagov, cuya música está recorrida por ecos de la ortodoxia religiosa rusa, por melodías populares, por una espiritualidad que lo aleja de la repetición y lo sumerge en la pureza del sentimiento, junto a la multipremiada soprano de coloratura dramática Nadine Koutcher, de origen bielorruso, y de cuya presencia se ha podido disfrutar en tiempos más venturosos en el Teatro Real de Madrid, dirigida por Teodor Currentzis. Este disco nace de la constancia reveladora de la feminidad de la primera poeta cuyo nombre ha llegado a nosotros: Enheduana de Ur, que escribía más de 2300 años antes de nuestra era. A partir de ese concepto, Batagov siguió tirando del hilo de la mujer poeta y visceral, de la mujer que a través de himnos, revelaciones, poemas, epitafios, pensamientos… ha construido la historia de la vida humana desde aquel lejano origen de la civilizaciones hasta la actualidad; una vida surcada por el amor en sus múltiples manifestaciones: amor celeste, amor terreno, amor doliente, amor lúcido, amor enloquecido, amor despechado, amor siempre en el origen de la belleza del mundo. No suelen gustarme las traslaciones musicales de la obra de los poetas, suelen pecar de ingrata artificiosidad. Y sin embargo aquí hay que caer rendidos ante las acertadísimas lecturas que hacen estos dos músicos extraordinarios: Batagov huye de la estridencia para quedarse en lo esencial, mientras que la voz de Koutcher conmueve por su delicadísima fiereza. Enheduana de Ur, Hadewijch de Amberes, Marina Tsvetaeva, Emily Dickinson, Zinayda Gippius, Maya Angelou, Yevdokia Nagrodskaya, Emily Brontë, Nina Iskrenko, Anne Wharton, Mirabai de India, Vera Polozkova, Anna Akhmatova, Sara Teasdale, Anne Askew y Kassia de Bizancio son las 16 joyas que se cobijan en este doble disco, por otra parte de exquisita presentación. Maravilloso.

 


BEETHOVEN LUNÁTICO Y ELÉCTRICO

L. van Beethoven: Sonata lunática. Lina Tur Bonet (violín) y Aurelia Vişovan (fortepiano). Passacaille, 2020. 1 CD, 1h 4’.

En el extraño «año Beethoven» que acabamos de dejar atrás se han realizado, como era de prever, varias e interesantes grabaciones dedicadas al genio de Bonn, pero sin duda hay una que debe destacarse por su carácter único, excéntrico, atrevido, excepcional, fuera de toda comparación: la que dedican Lina Tur Bonet y Aurelia Vişovan a las sonatas Kreutzer y Canto del gallo, piezas ambas sobradamente conocidas (la primera de ellas alberga además una historia rocambolesca tras de sí que no vamos a destripar aquí) y de elocuente contraste entre la exaltación y la calma. A estas alturas resulta innecesario hablar de la excelencia violinística de Tur Bonet, sin duda una de las más brillantes del barroco internacional, pero no menos interesante en sus incursiones en la música más cercana a la contemporaneidad (escúchese con atención su Bartók). En el caso de la pianista, clavecinista y fortepianista Vişovan nos encontramos ante una trayectoria de menor recorrido (aún) pero que en este disco deja bien claro por qué desde 2015 su nombre suena cada vez con mayor fuerza en las más exquisitas programaciones. La conjunción de ambas ha alumbrado uno de los discos más interesantes y mejor concebidos del año.  No negaré que la interpretación de Beethoven con instrumentos propios de su época me parece siempre un acierto total (ah, aquellas deliciosas Nueve Sinfonías de Immerseel con Anima Eterna), porque no es infrecuente que el alemán sobrenade entre la asfixia de una instrumentación inadecuada y sobredimensionada. Así que la opción del fortepiano se me antoja una elección de 10, y más con el resultado redondo, carnoso e inteligente que se escucha en las manos de la fortepianista rumana. Por su lado, el violín de Tur Bonet va más allá del mero virtuosismo para recrearse en sorprendentes y endiabladas digitaciones y en golpes de arco asombrosos e inauditos en las versiones circulantes, en la búsqueda de algo muy difícil de hallar en un Beethoven a estas alturas: au-ten-ti-ci-dad. Es evidente que el esforzado estudio de ambas intérpretes para sumergirse en el universo beethoveniano, acudiendo al asesoramiento de especialistas en la materia (se reconoce en especial la labor de Clive Brown), ha dado sus frutos en este cedé en el que se palpa la poesía, la intensidad, la sabiduría e incluso el humor del compositor y de sus dos implacables «sibilas».

 


MELANCOLÍA DE LA BELLEZA

Ad Algea. Obras de Handel, Purcell y Visée. Josep Maria Martí Durán (tiorba). Ramón Andrés (textos). Temporal, 2020. Libro-disco de lujo. Opciones musicales: vinilo o pistas descargables con clave de acceso. 50’

Objeto absolutamente caprichoso que reúne el primer trabajo como solista de Josep Maria Martí Durán (colaborador habitual de formaciones como L’Arpeggiata, Café Zimmermann o L’Estro d’Orfeo —hermosísimo también el último registro de este ensemble: L’Arte di diminuire—), excelente instrumentista de cuerda pulsada que en este trabajo en particular realiza una serie de arreglos para tiorba de diversas arias operísticas de Handel (Giulio Cesare, Serse, Rinaldo, Acis y Galatea’ y Semele’) y Purcell (The Fairy Queen y Dido y Aeneas), así como de otras dos obras originales de Robert de Visée (su divina chacona de 1699 y Les Sylvains, contenidas ambas en el manuscrito Vaudry De Saizenay). El trabajo musical se ve complementado con una introducción del bien conocido ensayista musical Ramón Andrés a modo de breve capricho, en que se reflexiona sobre el carácter mítico y metafórico de la tiorba como instrumento, que trasciende lo estrictamente melancólico para alcanzar una cierta cota dolorosa, como se desprende del título del texto.

Si la presencia física del trabajo (diseño de Marta Cerdà) es puro primor en sí mismo, no lo es menos constatar la transparencia extraordinaria de la tiorba solista de Martín Durán, su sonido depurado y traslúcido, su técnica impecable y su deliciosa musicalidad. La delicadeza del repertorio y de los respectivos arreglos, sorprendentes pero en absoluto arbitrarios (por no hablar del notorio esfuerzo de creatividad y síntesis musicológica), es de una completa exquisitez, y todos los detalles están cuidados al máximo, incluyendo la diáfana toma de sonido en la ilerdense parroquia de Santa María del Alba.

En suma, un producto que hace realidad la siempre invocada cooperación entre las artes y que en estos tiempos en que todo parece favorecer el aislamiento y el individualismo da testimonio de que la unión de la belleza hace la fuerza.

 


Musique? Obras de Takemitsu, Saariaho, Abbasi, Bryars, Cowell y Ferrari. Mahan Esfahani, clave. Hyperión, 2020. 1h 20’.

Saltamos a la música contemporánea con un registro sorprendente por cuanto se ocupa de músicas y autores que han regresado al clave como no lo habían hecho los compositores desde los remotos tiempos del Barroco. Esfahani es un clavecinista iraní que cada vez nos gusta más, por su arte y por su concepto de la música. En líneas generales, todos sus trabajos quieren dar otra vuelta de tuerca a las grabaciones más veteranas o reconocidas, lo mismo en interpretación que en repertorios, y pretenden además un diálogo con el oyente, que no es considerado un mero sujeto pasivo. El resultado de este Musique? es fantástico por la variedad estilística de compositores, lo sugerente de las obras y la extraordinaria gama de colores que extrae del instrumento (convenientemente preparado), verdaderamente magnética.



Histoires d’un Ange. Obras de Marais, Couperin, Rameau y Visée. Johanna Rose, viola da gamba. Rubicón, 2020. 1h

Recital prácticamente solista (acompañamientos de Josep Maria Martín a la tiorba y Javier Núñez al clave) que presta especial atención a la faceta menos angelical tradicionalmente atribuida a Marin Marais. El repertorio no es nuevo, pero Rose sabe imprimirle garra a unas piezas habitualmente más lánguidas, buscando articulaciones más ágiles, una cierta rugosidad en el sonido, marcados contrastes y deslumbrantes colores, sin por ello renunciar a una exquisita nitidez. Buen tanto en cierto modo iniciático para esta violagambista (a pesar de su larga trayectoria) que abre el apetito para escucharle futuros trabajos en solitario.



Alessandro Stradella: San Giovanni Battista. Le Banquet Céleste. Damien Guillon, dir. Alpha, 2020. 1h 21’

Dejándose empapar por la pureza no exenta de vigor de este espléndido oratorio resulta difícil pensar en la vida de crápula que llevó Stradella en la Italia de su tiempo, cometiendo todo tipo de desmanes y muriendo al fin asesinado en Génova sin haber llegado a los 50. Navegando entre Carissimi y Handel, esta obra de belleza total, rebosante de musicalidad y drama, nos ofrece en el registro de Guillon un modelo ejemplar en calidad de sonido, dirección e interpretaciones. Todas las voces sin excepción se hallan en estado de gracia haciendo honor al nombre de su ensemble. Un disco de matrícula de honor.



Antonio Caldara: Selected instrumental and vocal worksLa Ritirata. Josetxu Obregón, dir. Glossa, 2020. 1h 21’

Eclipsado por la efeméride beethoveniana, el 350 aniversario del nacimiento de Caldara ha suscitado el interés de los melómanos seducidos por la música del veneciano, de la que aún quedan muchas joyas por visitar. No hay duda de que este disco de La Ritirata recoge uno de los repertorios más hermosos para chelo o chelo obligado de uno de los músicos más inspirados entre los vinculados a la corte de España. Con La Ritirata y Obregón siempre hay garantía de excelencia, pero lo cierto es que este registro es especialmente conmovedor, rezumando pulcritud y buen gusto. Lo mismo cabe decir de las arias incluidas (debe destacarse a la mezzo Luciana Mancini).



LIBERTÀ! Mozart et l’opéra. Creación operística a base de arias de Mozart, Paisiello, Salieri y Martín y Soler. Pygmalion Ensemble. Raphaël Pichon, dir. Harmonia Mundi, 2019. Libro-disco, 2 CD. 1h 45´

No es la primera vez que se edita un registro a modo de pastiche de retales escogidos de entre la obra de un compositor. Lo hicieron en su momento los compositores mismos y posteriormente directores no exentos de audacia. Nunca suele ser malo el resultado (más bien todo lo contrario) y es lo que ocurre con este curioso y precioso experimento que lleva a cabo Pichon con obras de los músicos mencionados en la cabecera. Estamos ante un disco genial y adictivo, con un plantel de voces de lujo y un ensemble instrumental de primer orden. La presentación es exquisita y la música se adhiere al reproductor. Ideal para escuchar en los balcones.



José de Nebra: Vendado es amor, no es ciego. Los Elementos. Alberto Miguélez Rouco, dir. Glossa, 2020. Disco-pack con 2 CD. 2h 5’

En plena y feliz recuperación de la zarzuela barroca española surge este registro de 1744 (con libreto de José de Cañizares) de José de Nebra, autor muy querido por los sellos discográficos, pues ya ha sido grabado en Naïve, Harmonia Mundi, Alpha y por supuesto Glossa, que tras su justamente aplaudida Iphigenia en Tracia vuelve a repetir con este proyecto, gestado entre cantantes de la reputada Schola Cantorum Basiliensis en un momento muy delicado, y por lo mismo especialmente plausible. La obra, de previsible temática mitológica, alterna vistosas arias (incluso dinámicas «arias a cuatro») con seguidillas, fandangos… haciéndose por ello variada y atractiva.