PURCELL Y BACH EN EL ESPEJO


Las dos máximas figuras del Barroco inglés y alemán se dieron cita en la penúltima convocatoria del ciclo de Música Antigua de la UIMP de la mano del consort de violas Fretwork, uno de los grupos de cámara británicos más carismáticos y también controvertidos por sus peculiarísimas versiones de los «intocables» compositores antiguos y barrocos —Purcell, Dowland, Lawes, Byrd...— y por sus diversas incursiones en músicas contemporáneas.
Fretwork optó en su programa por dar una de cal y otra de arena de sus últimas grabaciones, al tiempo que realizar una comparativa de contrapuntos Purcell/Bach, aunque el resultado fue largo, duro y denso para el espectador (dos horas con apenas un descanso de pocos minutos). Sin lugar a dudas, su Purcell es más valioso que su Bach, y se aprecia trabajado con mayor dedicación y acierto, con una compenetración y afinación perfectas y un sonido pastosamente cálido, si bien con cierto desvaimiento en los contrastes, restando así dramatismo a unas obras, las Fantasías, originalmente compuestas con vistas a exudar un mayor entusiasmo y que, además, en su propia grabación para HM obtuvieron merecido reconocimiento.
Menos convenció su Bach, al que imprimieron un vago cariz contemporáneo. Esto en realidad no constituyó un problema, pues Bach es un dios que admite instrumentaciones y concepciones bien diversas —incluso un ensemble de violas en un tiempo lejano ya para el Kantor—, máxime en su Arte de la Fuga, obra para la que éste no dejó especificación alguna. Sin embargo, no llegó a convencer la seca aunque singular e «impura» visión de las fugas simples, dobles y triples del programa; y particularmente la fuga número XIII a 3 soggetii en espejo, cierre del concierto, delató más de un tropiezo.
Fretwork no tuvo su mejor noche en Santa Lucía ni exhibió sus habituales y acrobáticos birds on fire, aunque mereció la pena escuchar un programa tan bello y difícil y disfrutar ciertos pasajes purcellianos de sublime deleite.