FRANCESCO CAVALLI: Los amores de Apolo y Dafne.

Rosa Domínguez, Dafne
Ander Dahlin, Apolo
Emanuela Galli, Stephan Van Dyck, Paola Quagliata, Furio Zanasi
Ensemble Elyma
Gabriel Garrido, dirección

K617, 2008. 2h 36’
Distribuye: Harmonia Mundi

No ha sido el genial Francesco Cavalli demasiado bien tratado por la discografía, salvo honrosas excepciones. Y ello a pesar de ser un músico fundamental no ya en el Barroco Veneciano sino en la historia de la música y más en particular en la historia de la ópera. Cavalli, que en realidad no se llamaba Cavalli sino Caletti –adoptó su pseudónimo de su mecenas protector–, fue discípulo primero y luego gran e indiscutible sucesor en Venecia de Claudio Monteverdi, a quien por consenso atribuimos la invención del género operístico con su Orfeo, "favola in musica" que contaba en realidad con algunos precedentes, pero en todo caso lejanos de la prístina y redonda perfección aquilatada por el de Cremona. Cavalli, pues, es una pieza fundamental en el desarrollo y la explicación de los caminos que transitará la ópera, una “bisagra” o puente entre el “recitar cantando” y las arias que se consolidan en la ópera posterior. Indispensable, por tanto, para comprender y para disfrutar el género.
Decía que la discografía no había sido generosa con Cavalli, en particular con sus óperas. Dejando a un lado La Calisto que grabó Jacobs para Harmonia Mundi y el espectacular L’Ormindo de Les Paladins y Correas en New Pan Classics, muy pocas cosas de buen gusto podemos echarnos a la boca. Y he aquí que llega una recuperación que sin duda es todo un acontecimiento: Los amores de Apolo y Dafne, segunda ópera de Francesco Cavalli, alumbrada en 1640, con libreto del poeta Busenello. De esta obra existe una grabación en Naxos (2006) de la que mejor es olvidarse. Por fortuna, a redimirnos de ella ha venido Gabriel Garrido (quien ya grabó un Orfeo monteverdiano de referencia hace una década), con su Ensemble Elyma y con un elenco de voces exquisitas, dentro del sello K617.
Si alguien piensa que esta ópera consta de pastorcillos relamidos menudeando su amor con caramillos se equivoca. Busenello plantea un texto con dioses desmitificados, sometidos a las más bajas pasiones humanas, también a la mofa y al sufrimiento. Hay cuernos y hay lágrimas, hay escarnio y sentimiento. Cavalli transcribe con una música bellísima todos estos episodios… y el resultado es excepcional. Por no hablar de que en esta ópera se puede hallar el primer y más desgarrador planto de la ópera veneciana en voz de varón (Apolo ante la transformación de Dafne en laurel).
Voluptuosidad, sutileza, excelente caracterización psicológica, minuciosidad instrumental… son los rasgos que definen esta grabación, imprescindible para los amantes del barroco. Única objeción al disco: que no incluya el libreto con los textos de la ópera, aunque se pueda descargar de la página web.

Comentarios

El Musicópata ha dicho que…
No había leído esta entrada!

Estoy en absoluto acuerdo con lo que planteas!

Te aplaudo!

The Dark Knight
Anónimo ha dicho que…
Abrazo alborozado con tu presencia :-) Me alegra compartir contigo criterio sobre este bello disco. Beso.