ANTONIO VIVALDI: La fida ninfa.

Sandrine Piau (Licori), Veronica Cangemi (Morasto), Marie-Nicole Lemieux (Elpina), Lorenzo Regazzo (Oralto), Philippe Jaroussky (Osmino), Topi Lehtipuu (Narete), Sara Mingardo (Giunone), Christian Senn (Eolo)
Ensemble Matheus
Jean-Christophe Spinosi, dirección

Naïve, 2008. 3h 12’
Distribuye : Diverdi


A estas alturas no parece ya necesario reivindicar la extraordinaria labor de recuperación y revisión de obras de Vivaldi que está realizando el sello Naïve a partir de los manuscritos conservados en la Biblioteca de la Universidad Nacional de Turín. En su empeño, convocando a los mejores directores e intérpretes, se está elaborando un catálogo de primerísimo orden, que ya ha producido varios títulos de inexcusable referencia. Entre ellos cabe destacarse la aparición de La Fida Ninfa, novena ópera vivaldiana grabada por Naïve y cuarta a cargo de Jean-Christophe Spinosi, en la que probablemente sea la mejor entrega del director corso.
La Fida Ninfa, que fue compuesta por el cura pelirrojo para la inauguración del Nuevo Teatro Filarmónico de Verona en el día de Reyes de 1732, se presenta pues como audición oportuna en estos días. Como con facilidad se infiere de su título, se trata de una obra de ambiente bucólico, con acción situada en la isla de Naxos, en la que, tras una serie de equívocos, acaba por resplandecer la fidelidad de la ninfa Licori (encarnada por una Sandrine Piau espléndida que hace gala de una profundidad, una delicadeza interpretativa y una coloratura extraordinarias) y que concluye con una breve escena entre Juno y Eolo (excelentes Sara Mingardo y Christian Senn). La ópera es pródiga en pasajes de expresiva belleza y variada en sentimientos, de modo que resulta cercana y llena de encanto. Existen grabaciones anteriores de esta obra, pero por fuerza palidecen ante la riqueza de semejante elenco (a los ya citados hay que añadir nombres que no precisan de presentación, como Cangemi, Lemieux, Jaroussky o Regazzo, que exhiben musicalidad, técnica, sentimiento y colorido, además de una obvia diversidad tímbrica que torna el registro muy atractivo) y de la dirección: Spinosi logra un conjunto de hermoso equilibrio, es teatral pero sin alharacas y subraya la exquisita poesía de la obra sin desechar el entusiasmo, el fuego que le es propio (la obertura misma constituye una feliz premonición de las delicias que se suceden a lo largo de los tres cedés), llevando por magnífico camino al Ensemble Matheus, que responde con plenitud al reto. Como en todos los discos de la Edición Vivaldi, la audaz presentación de la carátula se completa con un exhaustivo libreto.

Comentarios

mare@arninter.net ha dicho que…
Una òpera marevellosa com totes les de Vivaldi
Anónimo ha dicho que…
Lo es, y este título en especial.